Han pasado 25 años desde que Victoria y David Beckham protagonizaron una boda de ensueño que fusionó los mundos de la moda y el fútbol. El 4 de julio de 1999, la pareja se casó en un castillo irlandés del siglo XV, situado en las afueras de Dublín, con una temática de Robin Hood. La boda fue un evento memorable, con un pastel de bodas verde decorado con hojas de fondant y manzanas, diseñado por el artista británico Damien Hirst, que fue cortado ceremoniosamente con un sable. Los recién casados se sentaron en tronos barrocos y, lo más llamativo, vistieron trajes a juego de Antonio Berardi en tono morado para su recepción.

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A lo largo de los años, Victoria y David han admitido arrepentirse de algunos detalles de su boda, especialmente de sus conjuntos morados. En una entrevista con BBC Radio 4 en 2017, David comentó sobre su atuendo, que incluso incluía un sombrero de copa morado: “¿En qué estaba pensando? Me parecía a los chicos de ‘Dumb and Dumber'”. Victoria también expresó su sentir en una entrevista con Jimmy Fallon en 2021, donde comentó: “En ese momento me pareció una muy buena idea, ¿sabes? Creo que fue ingenuidad. No sabíamos de moda. Simplemente nos estábamos divirtiendo, lo cual, para ser honesta, es como debería ser”.

Sin embargo, el tiempo parece haber suavizado su percepción de esos recuerdos, ya que hoy, para celebrar sus bodas de plata, la pareja decidió recrear aquellos momentos especiales. En fotos compartidas en Instagram, Victoria y David posaron con sus trajes morados originales frente a los tronos de su boda. “¡Sí, todavía los tenemos!”, escribieron. “¡No podemos creer que hayan pasado 25 años y todavía nos queden bien!”.

Esta recreación no solo celebra su longeva unión, sino que también muestra su sentido del humor y su capacidad para reírse de sí mismos y de sus elecciones pasadas. Una vez más, los Beckham demuestran que, a pesar de los altibajos y las modas cambiantes, su amor y complicidad siguen siendo tan fuertes como el primer día.